Cualquier reflexión rigurosa sobre la enseñanza y la educación debe hacerse desde la praxis, donde todas las variables entran en juego.
Nosotros nos hemos decidido por una lectura desde el sentido[1], es decir, por una lectura que supone leer el mundo desde y para la praxis, desde una realidad previa que nos convoca.
Esta opción educativa supone otro modelo de aprendizaje desde el sentido[2] que heurísticamente hemos ido confeccionando, teniendo a los alumnos como protagonistas no sólo de su proceso educativo, sino del didáctico, en una dinámica abierta y comprometida con la radicalidad del sujeto en su identificación personal y en su responsabilidad ante el mundo. Así pues, hablamos del aprendizaje desde el sentido como el proceso interactivo por el que el sujeto se identifica autentificándose permanentemente en lo real[3]. Por tanto, educar desde el sentido consiste en la acción por la que se cataliza el proceso de identificación personal como autentificación en lo real. Si es cierto, desde esa perspectiva, que no existe sujeto sin aprendizaje, será igualmente cierto que no existe aprendizaje sin identificación del sujeto en lo real. Esta es la certeza sobre la que Manual de invento se ha ido gestando.
Así pues, Manual de invento no ha sido otra cosa que la estructuración de un sistema consistente, interactivo y dinámico que hace posible un aprendizaje desde el sentido. Estos procesos y progresos metodológicos y didácticos, tienen una línea de continuidad que va desde Badalona (Instituto Albéniz), Barcelona (Instituto de Sant Andreu) a Sta. Cruz de Tenerife (Instituto “Tomás de Iriarte”, Instituto “Padre Anchieta” y la Escuela de Asistentes Sociales de Sta. Cruz de Tenerife, actualmente, Escuela Universitaria de Trabajo Social).
Este modelo que se plasma pues, en una metodología sistémica, multifactorial y polivalente que venimos actualizando desde hace tiempo y se operativiza informáticamente con los Bentos del panta rei,[4]tiene la ilusión de ser una invitación a la sabiduría.
Cuando nos decidimos definir una serie de objetivos generales, particulares y operativos, era porque estábamos previamente compartiendo en nuestro Seminario de Filosofía del IB. “Padre Anchieta”, un Plan general de educación y de enseñanza, convenientemente adaptado a los distintos niveles y ámbitos de la educación y de la enseñanza, incluida, por supuesto, nuestra clase de Filosofía.
La consistencia y alcance de este Plan depende del poder de la Teoría Educativa que lo alimenta y ésta merecerá confianza no sólo por su poder abierto, creativo, integrador y operativo sino, sobre todo, en la medida en que las acciones concretas en que se resuelve y actualiza colmen nuestra voluntad educativa y de enseñanza.
De todos modos, la mejor manera de conocer y de describir una teoría es su praxis. Por lo que obviamos reflexiones teóricas previas para abordar la enseñanza con la radicalidad con que hemos intentado afrontar nuestra función educativa desde la praxis, desde la vida, desde la realidad de cada día y, con, antes, durante, después y, al margen, si cabe, de la administración nuestra de cada día, en el quehacer concreto, desde las realidades concretas entre las que nos debemos mover.
Aunque conformándolos desde años anteriores, será a partir de 1985 cuando fijamos, a título de referencia, los siguientes objetivos, a instancias de la profesora de Filosofía, doña Rosario Pino Capote y de los alumnos que a la sazón nos urgían una mayor concreción, desbordados por la inseguridad con que la más amplia disposición a la autonomía y a la creatividad suele desampararnos.
2.1.1.- Actualizar permanentemente el sentido mismo de educación de forma que se propicie:
a) el protagonismo de los alumnos, como sujetos de la educación...”en un inevitable contexto de autonomía y de responsabilidad”.
b) una enseñanza activa, porque “sólo se aprende realmente lo que se hace”.
c) desde una perspectiva comunitaria.
d) nuestra realización personal, partiendo de “la identificación de nuestra situación real”.
e) que “las programaciones sólo valdrán en la medida en que sean nuestras, es decir, concretas y particulares y producto de una reelaboración personal”. Esto supondrá una laboriosa convergencia operativa entre todas las instancias sociales y uno de nuestros primeros ejercicios de intervención en la construcción de la “ciudad”, de participación social.
Es decir, “conviene insistir en
“1º.- La autonomía y el protagonismo de los alumnos y de las distintas
Comunidades educativas a la hora de reelaborar sus propios objetivos y
programas.
2º.- La responsabilidad-libertad como objetivo y ámbito de la educación.
3º.- La actividad como mejor fórmula de aprendizaje.
4º.- La perspectiva comunitaria.
5º.- La situación real del alumno, “profesorado”, instituciones, medios, etc.,
como punto de partida.
6º.- Que el objetivo clave es la realización personal con todo lo que ello
suponga.
7º.- La dinámica dialógica a mantener con los objetivos programados por el
Estado y las instituciones.
8º.- Las programaciones concretas y personalizadas elaboradas y evaluadas
2.1.2.- La realización personal y la habilitación para la convivencia.
La realización personal y la habilitación para la convivencia supone:
1º.- identificar nuestras aptitudes, en especial las mentales.
2º.- identificar nuestras actitudes profundas.
3º.- tomar las medidas oportunas tras esa identificación para crearlas,
potenciarlas, corregirlas, etc., y ejercitarlas lo mas amplia y constantemente
posible.
4º.- que los contenidos fundamentales a transmitir serán los que hagan posible
una identificación y asunción responsable de la realidad, más compleja y
sutilmente y que suponga un mejor fortalecimiento y consistencia de la
personalidad.
5º.- la práctica del trabajo en grupo como ejercicio de una convivencia que haga
posible “un mundo más humano”.
6º.- la comprensión y práctica de un mínimo de organización para ser eficaces.
7º.- la comprensión de que hay objetivos que sólo podemos conseguirlos juntos.
8º.- la práctica de un auténtico sentido de evaluación de nuestro trabajo,
ejercitándonos no sólo en la programación articulada de nuestros objetivos
operativos sino en su comparación con recursos y resultados, que propicien
2.2.1.- Los objetivos propuestos por los distintos libros de texto, para nuestra
asignatura en general y, concretamente, en las distintas Unidades Didácticas,
una vez reformulados según nuestras cuestiones vitales.
2.2.2.- Desde el punto de vista metodológico, los referidos a:
1.- un concepto de educación personalizado y actualizado.
2.- el trabajo en grupo.
3.- al trabajo de investigación y exposición.
4.- RESPONSABILIDAD y EXPOSICIÓN de cada grupo de su UNIDAD DIDÁCTICA:
4.- 1.- el surgimiento y aproximación a la problemática del tema:
4.- 1.- el surgimiento y aproximación a la problemática del tema:
1.1.- Prensa.
1.2.- Murales.
1.3.- Chistes.
1.4.- Cuestiones vitales.
Los piramics.
4.2.- la percepción, discriminación y focalización de la problemática del
tema:
a) su reformulación,
b) audiovisuales,
c) test de actitudes previas,
d) test de conocimientos previos.
4.3.- el análisis y asimilación del tema en:
a) la exposición,
b) esquema,
c) la lectura y comentario de texto,
d) la reflexión escrita sobre el T.A.P.
e) audiovisuales.
4.4.- la ejercitación y evaluación de la asimilación del tema, a través de:
a) los resultados estadísticos y experimentales sobre el TAP.,
b) puesta en común sobre el TAP.,
c) PNC. por temas,
d) prueba ensayo sobre grupos temáticos,
e) teatro,
4.5.- la praxis, en sus fórmulas diversas propuestas a nuestra imaginación y
compromiso personal y comunitario.
2.3.- Manual de invento propone también como objetivos operativos, aquellos particulares que vayamos efectivamente a evaluar, del modo siguiente y desde el punto de vista metodológico:
2.3.1.- Sobre un nuevo concepto personalizado y actualizado de educación:
1.- información, refuerzo y movilización de modelos cognitivos y actitudes
sobre el sentido de la educación,
2.- informar y reforzar la conveniencia de estudiar siempre con sentido y, a ser
posible, con gusto, aunque sólo fuera para garantizar un mejor rendimiento,
3.- que el protagonismo en la enseñanza supone para el alumno: actividad,
creatividad, corresponsabilidad social y académica,
4.- ejercitarse en distintos paradigmas: rendimiento intelectual, crítico, lúdico,
etc.,
5.- ejercitarse en el sentido de las evaluaciones como correlación de objetivos y
resultados que autentifiquen el valor de nuestras autocríticas y propicie la
reformulación de sistemas y programas,
6.- superación de actitudes profesorales,
7.- reforzar el valor y el sentido de la organización y de la autodisciplina para la
eficacia,
8.- insistir en la inevitable proyección transformadora de los propios modelos
cognitivos y actitudinales así como en el compromiso comunitario que
supone la praxis de nuestras aproximaciones a la realidad,
9.- la conveniencia de incorporar todo tipo de técnicas como instrumentos
válidos en nuestro compromiso educativo (NTI).
10.- reforzar la importancia de la dimensión comunitaria a la hora de entender y
justificar la inevitable decisión educativo-académica que supone nuestros
complejos niveles de enseñanza a cualificar siempre,
11.- insistir y reforzar las actitudes adecuadas que hagan intelegibles y operativa
la conciencia de la lenta procesualidad de las transformaciones profundas.